La actuación de Estrada Fernández, sus asistentes de campo y los miembros del VAR se unió para completar con nota muy alta las polémicas de un partido enrevesado como el que midió a la Real Sociedad con el Real Madrid. En concreto fueron tres jugadas las que necesitaron de una decisión y posterior comprobación exhaustivas, pero el hecho de que en las tres fuera el conjunto madridista el teórico beneficiado no quita para afirmar que todas ellas fueron solucionadas con acierto.
Con una primera mitad mucho más limitada en juego y ocasiones, la implicación de Estrada Fernández en la polémica no tuvo que ir más allá de tres tarjetas amarillas, dos a Gorosabel y Zubeldia por la Real Sociedad, y una a Casemiro por un golpe peligroso a Merino en lance aéreo. Sin embargo, la segunda mitad abriría pronto el tarro de las esencias de la polémica.
Penalti leve y claro sobre Vinicius
Una internada de Vinicius, el mejor jugador del partido, por banda izquierda acabó en el área con un disparo en semifallo del brasileño. Estrada Fernández, perfectamente colocado, señaló el punto de penalti por una patada, tan leve como ineludible, de Diego Llorente. El central internacional tiene la posición perdida con Vinicius y le impide, aun en lo leve del contacto, disparar a portería con efectividad. Penalti leve, pero claro, que convertía Ramos en el 0-1.
Merino no deja ver a Courtois
El Madrid se adelantaba, pero la Real no se iba a resignar a buscar el empate e incluso lo encontraría por unos segundos, en una jugada de estrategia que acabó con un disparo de larga distancia de Adnan Januzaj al fondo de las mallas. La jugada, sin embargo, también era anulada por el colegiado, a instancias de uno de sus asistentes, por fuera de juego. Mikel Merino no tiene contacto tangible con el balón, pero sí se encuentra en posición antirreglamentaria y dificulta la vista de Courtois de forma clara, en ambos casos. Gol anulado en la que es, probablemente, la acción más clara de las tres.
Benzema, control dudoso pero legal
Y después de esta, la más dudosa, que también implicó un gol, esta vez no anulado. Karim Benzema se las ingenia para controlar un balón llovido dentro del área, y posteriormente remata en semifallo al fondo de la portería defendida por Remiro. En riguroso directo, la impresión es que Benzema puede controlar con el brazo, pero no hay una sola imagen que lo demuestre, y sí más de una en la que se ve que el francés, como recalcó tras anotar, para el esférico con el hombro. La menos clara, pero con el reglamento en la mano, gol legal.
